lunes, 11 de enero de 2016

Los verdaderos nombres de las dietas

Estaba caminando por la calle en uno de esos días en los que tenés la falda muy corta y la autoestima muy alta, cuando un hombre le dijo a otro: "no está tan buena". No había nadie más en la vereda en ese momento por lo que no me quedó otra opción más que darme por aludida y decidirme en empezar la dieta.

Esto me hizo pensar que nos acostumbramos a que las dietas tengan nombres como "de la luna", "proteica" o "líquida" cuando en realidad deberían tener el nombre que las impulsa como "no estaba tan buena", "señora", o el clásico de los locales de ropa "¿te alcanzo un talle más grande?".

Para mí la palabra "dieta" equivale a infierno. En realidad no sólo para mí, sino también para todos los que me rodean, porque me pongo de muy mal humor y voy por la vida con un tupper donde llevo cosas extrañas que puedo comer según la fórmula mágica del momento y que con estos calores tienen a emanar olores extraños y poco tentadores. O me invitan a un asado y me pongo a preguntar cosas estúpidas como "apio hervido sin sal por casualidad no tenés, ¿no?"

Por eso este año me quedo con los kilos de las fiestas, señores y señoras, y les pido de corazón que me agradezcan los rollitos. Son por el bien de la humanidad.






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