Esto me hizo pensar que nos acostumbramos a que las dietas tengan nombres como "de la luna", "proteica" o "líquida" cuando en realidad deberían tener el nombre que las impulsa como "no estaba tan buena", "señora", o el clásico de los locales de ropa "¿te alcanzo un talle más grande?".
Para mí la palabra "dieta" equivale a infierno. En realidad no sólo para mí, sino también para todos los que me rodean, porque me pongo de muy mal humor y voy por la vida con un tupper donde llevo cosas extrañas que puedo comer según la fórmula mágica del momento y que con estos calores tienen a emanar olores extraños y poco tentadores. O me invitan a un asado y me pongo a preguntar cosas estúpidas como "apio hervido sin sal por casualidad no tenés, ¿no?"
Por eso este año me quedo con los kilos de las fiestas, señores y señoras, y les pido de corazón que me agradezcan los rollitos. Son por el bien de la humanidad.

No hay comentarios:
Publicar un comentario